jueves, 24 de abril de 2014

MARIPOSA AZUL


LA MARIPOSA AZUL
Cuenta la leyenda que un joven paseaba por un bosque y durante su paseo, descubrió una mariposa azul que se dejaba acariciar por el viento, y la brisa seducida por su belleza, transportaba toda sufragancia.El joven cautivado por su colorido y aroma, se sintió invadido por una sensación de paz y se enamoró, enviándole todo su amor y pidiéndole a Dios que ella le amara.
La mariposa sintió la caricia en su alma, y voló hacia él besándole en la mejilla.
Me ama, me ama, gritó el joven al viento. Ella enamorada del amor le besó en los labios y se posó en la palma de su mano.
A partir de ese momento la felicidad y el amor se instalaron en aquellos corazones solitarios.
Cada día al atardecer la mariposa se despedía de su amado y volaba. En aquellos momentos el joven entraba en una lucha continua donde aparecían sus miedos, celos, dudas…
Pero cada amanecer se reencontraban de nuevo y paseaban juntos por el bosque. Pero las tinieblas del alma con voz negativa le susurraban, no te ama, te utiliza, te abandonará.
Por otro lado su corazón peleaba y le decía, confía en el amor, confía en ella.
Una madrugada llegaron tres hombres y el joven los saludó y alegró porque iba a tener compañía y amigos.
La mariposa confiada al ver que sus amado conversaba con ellos, como símbolo de bienvenida, los besó en la mejilla y voló hacia su amado.
Al ver esto el joven se sintió celoso y volvieron sus miedos, puso su mano donde se asentó la mariposa y cerró el puño dejándola prisionera y oculta al mundo. El joven emprendió una huida hasta un lugar solitario donde estuvieran solos. Una vez allí, abrió su mano para contemplarla, en eso momento un grito de horror estalló de sus labios, no podía ver lo que sus ojos veían.
La bella mariposa había perdido el polvo de sus alas, ya no podía volar, sus ojos sin vida eran opacos, estaba ciega.
Sólo volé para sentir tu amor, le susurró mientras agonizaba. Únicamente te he amado a ti y ahora muero a tu lado para que tú comprendas lo que es el amor incondicional.
Casi sin fuerzas le murmuró; mi amor, te entregó mi vida, pero antes de irme te dejo mis pensamientos.
Los que viven del temor, con ansiedad y con miedo a perder lo que creen suyo, permiten que los celos, el dolor y el odio se apoderen de su alma. Y con esfuerzo agónico, acercó su boca a los labios de el y le dijo, Te amo y te amaré para toda la eternidad, lo besó con suavidad, cerró los ojos u exhaló su último aliento.
El joven abrazó el cuerpo sin vida de su amada y se dejó caer al lago, para morir de dolor junto a ella.

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